jueves, 28 de abril de 2016

3 copas de vino

¿Cuando ingerí mi primer copa de vino?
No lo se.
No lo recuerdo.

Tengo presentes 3 copas de vino, particularmente esas tres.

1o. Tengo 24 años y soy independiente de TODO de la casa paterna.
Se trata de una cena con mis padres por su aniversario de bodas, estamos mis hermanos y yo.
Después de - infructuosamente - visitar vaaaarios sitios a gusto de mamá, terminamos en una cafetería cara/restaurante barato.
Recuerdo haber pedido una copa de vino y los demás solo agua (en general somos abstemios).
Fue vino genérico, "de la casa", aquel vino que lleva uno o dos días abiertos y algunos consumen mas por lucir que por disfrutar (mi caso).
¿A que sabia? A rebeldía.
Era la primera vez que mi madre me veía ingiriendo alcohol, no lo hacia recientemente, sin embargo quería demostrarle que podía manejarme como lo hacen los adultos.
Ella todo lo sabe, todo lo mira, entonces arquea una ceja y sentencia: ah!! no sabia de tu A L C O H O L I S M O.....
Me abstengo, en realidad no recuerdo mi reacción.
Termine mi copa...ácida, pasada, desangelada.
Así fue desde el principio.
Al final fue aderezada con indiferencia por la ignorancia que ahí transitaba.

2a. Yo contigo en un lugar de Sudamérica.
Tus pies junto a los míos y yo dentro de una bata de hotel, gruesa y blanca.
Mojados tu y yo, llevamos 4 horas en este hotel, es nuestra llegada y aun no hacemos amor.
Nos marinamos mutuamente en Cavernet
Tu en igualdad de condiciones.
Frente a mi, tu.
Te desarmas en un sillón y solo nuestros pies se tocan.
Eres un tacto conocido, pero tus pies, esa es otra historia.
Tienes unos pies normales, como de gente que camina poco, te sostienen, te llevan, te traen conmigo.
En el ambiente, poemas, poetas, música y letras.
Tengo pies feos, demasiado rectos, con los dedos algo gruesos,..ese de ahí en medio esta bastante chueco, parece que me mira con desprecio (tendré que hacer una entrada solo de pies)
Sabe que mi andar no es ligero.
Te miro, estas mirándome.
Me miras a través del fondo de tu copa, te ríes, me lanzas un beso.
Hoy decidí que nací para casarme contigo.

Es jueves, salgo del empleo.
Mi cabeza da vueltas...quiero acabar con el aturdimiento citadino.
Encuentro un bar, me pierdo en esta copa de vino.
Te imagino, recuerdo a mi madre, mi padre, mi ex...un gato, un perro, mi vida.
Pago y me voy.

Merece la tercera copa su espacio personal.
Ya sabrán.


                                                                                                                     Mujer y vino de Deborah Segovia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario